- Estudios científicos señalan la contaminación atmosférica y acústica como factor de riesgo para la salud de las personas, ya que incrementa el riesgo de sufrir ictus e infartos de miocardio
- Jordi Bañeras, cardiólogo, investigador y miembro de la Fundación Española del Corazón; Júlia López Ventura, directora regional europea de la ONG C40; Santiago Saura, concejal de Internacionalización y Cooperación del Ayuntamiento de Madrid, y Yolanda Erburu, directora de Comunicación, RSC y Fundación Sanitas debaten sobre la relación entre el cambio climático y la salud en una mesa redonda organizada por Sanitas dentro de la COP25
Madrid, 10 de diciembre de 2019. La relación entre el cambio climático y la salud de las personas es directa. De hecho, según ha recordado este martes el cardiólogo e investigador Jordi Bañeras en una mesa redonda organizada por Sanitas durante la COP25, ya hay más muertes cada año por la mala calidad del aire que por el tabaco.
Bañeras, quien ha participado en este debate en representación de la Fundación Española del Corazón, junto con Júlia López Ventura, directora regional europea de la ONG C40; Santiago Saura, concejal del Área de Internacionalización y Cooperación del Ayuntamiento de Madrid, y Yolanda Erburu, directora de Comunicación, RSC y Fundación Sanitas, ha insistido en que la contaminación se ha convertido hoy día en una de las principales causas de muerte prematura y que, por tanto, “el cambio climático es un factor de riesgo” que hay que tener muy en cuenta.
Sobre todo, según ha apostillado haciendo referencia a un estudio realizado por investigadores españoles en Barcelona y publicado en el International Journal of Cardiology, “ya hay evidencia científica que demuestra que, en entornos urbanos, los días de mayor contaminación, hay más casos de infarto de miocardio y son más graves”.
Dado que la contaminación atmosférica y acústica se ha convertido en un factor de riesgo para la salud de las personas, Yolanda Erburu ha señalado la necesidad de que, desde las instituciones y las empresas, también se aborde este problema y se creen entornos urbanos donde llevar estilos de vida que combatan el sedentarismo; caminar, movilidad sostenible o nutrición sostenible con productos Km 0.
En este sentido, ha destacado el compromiso de Sanitas para reducir la huella de carbono de la compañía. “Desde 2009 hemos reducido más de un 60% las emisiones aun duplicando nuestras instalaciones y actualmente toda la energía que utilizamos proviene de fuentes renovables. Además, promovemos servicios cero emisiones, como por ejemplo la videoconsulta que permite contactar con un médico evitando desplazamientos. Por otro lado, estamos comprometidos con el fomento de estilos de vida saludables, con programas para combatir el sedentarismo y la obesidad entre nuestros empleados, o con proyectos como Healthy Cities”, ha expuesto la directora de Comunicación, RSC y Fundación Sanitas para referirse a esta iniciativa a la que se han adherido 40 empresas que representan a 160.000 empleados.
“El reto es que caminen 10.000 pasos al día durante nueve meses para conseguir un doble objetivo: promover hábitos de vida saludables y crear espacios urbanos saludables y sostenibles. Si el reto se cumple, Sanitas realizará una inversión en un proyecto de regeneración urbana”, ha explicado Erburu.
Por su parte, Santiago Saura, concejal portavoz en la comisión de Medio Ambiente y movilidad en Madrid, ha señalado que el Ayuntamiento de la capital “está trabajando en la creación de un bosque metropolitano de 75 kilómetros que rodeará la ciudad para incrementar el número de zonas verdes” y que esto será “una realidad en un plazo de doce años”. En su opinión, “mejorar la calidad del aire a través de la descarbonización, y gestionar los espacios públicos urbanos para garantizar zonas verdes y peatonales, son dos de las claves para mejorar la calidad del aire y promover la sostenibilidad del entorno urbano, así como la salud de los ciudadanos”.
Júlia López Ventura, directora regional europea de la ONG C40, ha añadido un elemento más al debate y ha hecho hincapié en la capacidad que, como individuos, tenemos para cambiar esta situación. Eso sí, para ello, considera imprescindible que se explique “a la ciudadanía cómo impacta en la salud el cambio climático de una forma cuantificable que haga entendible el perjuicio que supone”.
En este sentido, Bañeras también ha señalado que, “desde una perspectiva optimista, podría decirse que el cambio climático es un factor de riesgo modificable”, por lo que “está en nuestras manos impulsar este cambio en beneficio de nuestra propia salud”.